El Partido Convergencia Social, es una organización política de ciudadanos y ciudadanas comprometidos y comprometidas con la consecución de una sociedad socialista, democrática, libertaria y feminista, a partir del fortalecimiento y profundización de la democracia económica, social e institucional. Adscribimos a un horizonte de emancipación de toda forma de explotación y sometimiento de la vida.
Lo anterior, a través de la conformación de relaciones colectivas y democráticas, la desmercantilización de derechos sociales, la socialización de la producción y reproducción de lo común. En este marco, un proyecto histórico socialista debe consistir en transformaciones sociales e institucionales que involucren la redistribución del poder y la democracia radical para un nuevo orden social, enmarcado en un proyecto soberano, independiente, nacional y continentalmente integrado, con pleno respeto, garantía y promoción de los derechos humanos asegurados en la Constitución y en los tratados internacionales suscritos y ratificados por Chile.
El feminismo al que suscribimos entiende la alianza existente entre el patriarcado y el capital, cuestionando las estructuras productivas y reproductivas que facultan el sostenimiento de la vida. Un proyecto de transformación social hoy exige la ruptura de todos los mecanismos de dominación basados en las distinciones de género que, a lo largo de la historia, han cimentado las diferencias sexuales y sociales entre hombres y mujeres.
Reconocemos la diversidad de pueblos que habitan el territorio desde antes de la configuración del Estado-Nación de Chile, junto con sus lógicas particulares transfronterizas, migratorias, plurinacionales, de género y étnicas. Es por ello, que defendemos de un Estado Plurinacional, construido desde los territorios, que permita la autodeterminación de los pueblos, a través del ejercicio de poder directamente desde las comunidades, reconociendo sus estructuras organizativas y la horizontalidad de los derechos colectivos.
Criticamos al extractivismo porque agota nuestros territorios, pero sobre todo porque lo hace acoplado a los intereses de las empresas transnacionales. Una nacionalización de los bienes extractivos supone fundar condiciones distintas para su uso en pos del bienestar social.
Proponemos el principio del buen vivir y de lo comunitario porque entendemos que las relaciones comunitarias fortalecen las posibilidades del bienestar, elimina el cansancio de la competencia, da estabilidad a la vida y abre paso al goce de experiencias que no se reducen a poseer bienes suntuarios para sentirse superiores a los demás.
Así, nuestro partido enmarca su actuación desde los valores de la libertad, la igualdad plena de todas y todos los integrantes de la sociedad chilena y el compromiso con la lucha contra toda forma de discriminación, contra el individualismo y la corrupción en todas sus formas, aspirando a construir una institucionalidad y un modelo de desarrollo inclusivo, basado en los principios de probidad, participación y transparencia que permita el desarrollo efectivo de los y las habitantes, comunidades, regiones y etnias ancestrales con plena igualdad de oportunidades y respeto al medio ambiente, identidades y cultura.